¡Las vuvuzelas siguen dando juego! Esta vez le ha tocado al Señor de los Anillos, en un montaje de los más exótico. Desde aquí queremos animar a Gandalf a que consulte a un otorrino, ya que si no ha perdido el oído por la edad seguro que lo pierde por el sonido de tan clamorosas trompetillas.
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